Las casas de campo hoy en día son preferidas por las familias (sobre todo jóvenes) que optan por una vivienda a las afueras de la ciudad. Volver al campo para arrancarse de la rutina y atochamiento de la ciudad, pareciera ser una de las alternativas favoritas por muchos chilenos. La vida en el campo es mucho más relajada y menos estresante que en la ciudad, el aire es más puro y nuestra calidad de vida mejora considerablemente
Según estudios realizados en el último tiempo, “vivir en un entorno natural” entrega mucha más satisfacción a las personas porque las familias y sus integrantes se ven beneficiados directamente; mejorando la salud y optimizando el esparcimiento dentro de su rutina.
En entornos más naturales la vida es más apacible y más relajada que en las grandes urbes, conjuntamente con el hecho de que la calidad de vida mejora considerablemente.
Y es que, en los últimos años, la tendencia de vivir en las ciudades o en áreas urbanas ha disminuido considerablemente, al contrario que la búsqueda de un lugar tranquilo, pero al mismo tiempo conectado con el trabajo o el colegio, es la apuesta de muchas familias que buscan viviendas bajo un entorno más natural.
características tales de un lugar despojado, tranquilo, de terminaciones simples y homogéneas, un lugar que transmite sensación de simpleza y por sobre todo, tranquilidad.
A la hora de construir, la principal diferencia entre una Casa de Campo y una tradicional es el tamaño del terreno
En cuanto al diseño, la mayoría de ambientes en estas casas se encuentran en la planta baja, dejando para un primer piso solo la suite y alguna que otra habitación más, ya que se caracterizan por tener un mayor desarrollo en la planta baja y por esto también la necesidad de contar con un lote más grande para la ampliación del hogar.
Si algo tienen las casas de campo es que siempre resultan naturales y confortables y en esto influyen tanto los elementos arquitectónicos de las construcciones como los materiales utilizados en el interiorismo. Su decoración recurre a la madera, la piedra, el barro y los tejidos naturales para caldear todas las estancias. Te damos las claves para lograr una casa de campo de revista, de las que invitan a relajarse, más allá del estilo rústico.
Tipos de casas de campo
Si bien cuando nos imaginamos vivir en el campo se nos viene a la cabeza una idea de casa rústica y sencilla, hoy en día los diseños arquitectónicos nos demuestran que la construcción de estas viviendas se ha desarrollado bastante.
Casas de campo rústicas
La más tradicional de todas, es aquella típica que nos viene a la mente a la hora de pensar en el campo. Paredes de cemento sin pulir o ladrillo visto, techo de paja, bamboo o con vigas de madera y, por supuesto, grandes ventanales. Suelen ser las más comunes en locaciones más autóctonas y la opción ideal para presupuestos pequeños.
Casas de campo modernas o minimalistas
De techos planos y terminaciones simples, estas casas están muy de moda en nuestro país, sobre todo en barrios cerrados y en locaciones de mayor poder adquisitivo. Solemos verlas con grandes paredes de vidrio, colores grises o marrones y repletas de líneas rectas y terminaciones modernas. Su costo puede variar dependiendo del tamaño, pero con un poco de creatividad podemos imitar este estilo sin invertir mucho más dinero que en una CASA TRADICIONAL
Casas tipo estancia colonial
Son casas que en lugar de tener todo el complejo constructivo en un solo bloque, reparten sus servicios y habitaciones en diferentes construcciones más pequeñas. Suelen también contar con grandes galerías, puertas de doble altura y uno o más patios internos, que a su vez sirven de conexión entre todos los espacios.
Casas de campo familiares compartidas
Hoy en día son muchas las familias que optan por espacios compartidos o comunes; es decir, la construcción de un mismo espacio donde se puede contar con habitaciones destinadas a cada miembro o grupo familiar, y en donde el resto de gastos de construcción, servicios y mantenimientos puede ser compartido, y donde además se aprovecha por completo el disfrute del tiempo en familia.