Edificios Passivhaus: el estándar de construcción eficiente que conquista Europa llega a Chile

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Edificios Passivhaus: el estándar de construcción eficiente que conquista Europa llega a Chile

En julio de 2020 terminarán las faenas de Eloísa, el primer proyecto residencial de nuestro país y Latinoamérica edificado bajo este estándar originado en Alemania en 1990 y cuyas construcciones tienen muy bajo consumo de energía para calefacción y enfriamiento gracias a la aplicación de cinco principios básicos: envolvente térmica de alto desempeño, hermeticidad, libre de puentes térmicos, ventanas de hasta triple vidrio y sistema de ventilación con recuperación de calor.

Roberto Urzúa tiene apenas 28 años, pero habla como un avezado en la materia mientras se acomoda en una de las oficinas de la inmobiliaria Urbes, ubicadas en la Ciudad Empresarial. Trabaja ahí como arquitecto desde hace un año y medio, y es uno de los expertos chilenos de Passivhaus, un estándar de construcción de eficiencia energética nacido en Alemania, y que hoy conquista Europa, China y Canadá.

Urzúa trabaja sin descanso en el primer proyecto inmobiliario residencial en Chile bajo los exigentes parámetros Passivhaus: el complejo Eloísa, construido por Urbes. El inmueble se encuentra en obra y su edificación terminará en julio de 2020. Se ubicará en la comuna de Ñuñoa, será de cinco pisos, tendrá 117 departamentos y cumplirá con los cinco principios que definen al estándar: envolvente térmica de alto desempeño, hermeticidad, libre de puentes térmicos, ventanas reforzadas y sistema de ventilación con recuperación de calor. El encargado del proyecto de eficiencia energética es la consultora EEChile, cuyo gerente es Rolf Thiele.

“Las personas que viven en edificios Passivhaus se mueven en ambientes de certezas y de control”, diagnostica Urzúa, jefe de producto de Urbes, quien obtuvo su certificación de Passivhaus Designer gracias a una beca con la que pudo estudiar en el Instituto de Passivhaus ubicado en la ciudad alemana de Darmstadt, en cuyos alrededores el precursor del concepto, el físico Wolfgang Feist, construyó la primera casa bajo este estándar en 1990. Hoy existen 16 expertos Passivhaus Designer en Chile.

“Esa casa aún existe, sigue funcionando impecablemente y a veces se abre al público. Yo la pude conocer”, agrega Urzúa.

Feist fue un hombre visionario: hace más de 25 años previó las consecuencias del cambio climático y se preguntó por qué las viviendas demandaban tanto consumo de energía. Entonces, una idea circuló por su cabeza y diseñó su casa con los más altos niveles de aislamiento térmico, un riguroso control de infiltraciones y una máxima calidad de aire interior.

Lo que recién cobrará vida el próximo año en Chile corre a la vanguardia en Europa, especialmente en Alemania, Austria y España. Es el caso, por ejemplo, del primer hospital Passivhaus del mundo, que se está construyendo en Frankfurt. La Torre Raiffeisen, en Viena, fue el primer edificio de gran altura bajo este estándar. Y el complejo residencial más alto del planeta con norma Passivhaus es la Torre Bolueta, en Bilbao. China, en tanto, lidera la cantidad de proyectos de construcción de este tipo en el mundo. En este país, precisamente, se celebrará la próxima Conferencia Passivhaus, la primera fuera de Alemania, su nación de origen.

España, a la vanguardia en Passivhaus

España es uno de los países líderes de Europa en Passivhaus. La asociación sin fines de lucro que promueve las edificaciones con este estándar construidas en ese país es la Plataforma de Edificación Passivhaus (PEP), la cual forma parte de la Internacional Passive House Association y de EuroPhit.

Según informa el técnico de la plataforma PEP,  Daniel Sánchez Peinado, las edificaciones Passivhaus certificadas en España son 73 y superan los 82 mil metros cuadrados construidos. “Se computan además otros 280 mil metros cuadrados gracias a los más de 85 proyectos en marcha en Andalucía, Aragón, Castilla y León, Cantabria, Cataluña, Comunidad de Madrid, La Rioja, Navarra, País Vasco, Asturias, Comunidad Valenciana y Galicia”, agrega Sánchez Peinado.

“Desde la formación de PEP en 2008, las edificaciones Passivhaus han tenido un crecimiento exponencial. Durante los primeros cinco o seis años, hasta 2014, había ejemplos puntuales fundamentalmente en el norte del país y a partir de ahí ha habido un crecimiento importante en el número de edificios y tipologías”, complementa el integrante de la asociación española.

Junto con la Torre Bolueta, en la ciudad de Bilbao, Sánchez Peinado enumera otros hitos Passivhaus en la nación ibérica. La primera casa española que adoptó el estándar fue construida en 2009: se trata de la vivienda Assyce-Ecoholística, ubicada en Moraleda de Zafayona, provincia de Granada, en la comunidad autónoma de Andalucía.

Otras casas que marcaron el comienzo de la tendencia son la Casa Arias, en Navarra, que data de 2011; la Casa EntreEncinas, en Asturias (2012) y la Casa Jade y 2 Más, en el País Vasco (2012).

En tanto, el primer proyecto de edificio público XXL certificado PassivHaus Premium en España fue la rehabilitación y ampliación del Palacio Congresos Europa, ubicado en la ciudad de Vitoria-Gasteiz, en el País Vasco, realizada en 2016.

Desglosando los cinco principios

Uno de los principios clave de las construcciones Passivhaus, y que por supuesto estará integrado a Eloísa, es el sistema de ventilación con recuperación de calor. “Una de las gracias de este estándar es que no tiene un sistema de calefacción”, explica Roberto Urzúa.  La recuperación del calor, agrega, se realiza a través de un dispositivo del tamaño de un calefont que “permite que la casa se ventile las 24 horas del día” y “provoca que el aire que sale y el que ingresa se crucen, pero no entran en contacto, y se transfieran el calor”. El mismo sistema de ventilación hace prescindible el uso, por ejemplo, de desodorantes ambientales en el baño, porque el aire fresco circula permanentemente por todo el inmueble.

Por ejemplo, cita el profesional, “si afuera la temperatura es 0° y en la vivienda 20°, el aire fresco entra a 18° y sale a 2°. O sea, sale el aire que está viciado y le transfiere más del 85 por ciento de la energía al aire que está entrando”.

En otras palabras, añade, «el aire viciado que se extrae se llama así porque es aire utilizado y que sale desde baños y cocinas que son las zonas húmedas. Y el aire ingresa a través de los recintos habitables, que son los dormitorios y el living comedor. Entonces nunca hay aire viciado: no es un aire estanco que sigue en el espacio. Por ejemplo, en el invierno es típico que despertamos medio atontados y con una sensación de pesadez es porque hay demasiada concentración de CO2 dentro del dormitorio. Ese es un aire viciado. Pero en Passivhaus como el aire se renueva constantemente, las concentraciones de CO2 son bajas».

La envolvente térmica de alto desempeño que presenta este tipo de viviendas, en tanto, permite “definir una cantidad máxima en su demanda operacional de energía: 15 kW/h por metro cuadrado al año. Para una vivienda de 100 metros cuadrados, el consumo será de 1.500 kW/h anual. Eso en términos de costo es muy reducido. Una vivienda promedio en Chile para el nuevo programa de descontaminación ambiental es de 198 kW/h por metro cuadrado al año.

Para el otro principio, Urzúa lo ilustra por un ejemplo: las casas Passivhaus son libres de puentes térmicos. “Es lo mismo si vamos a esquiar con una parka aislante y le hacemos un tajo o nos sacamos una bota: vamos a perder temperatura. Lo mismo pasa en una casa con puentes térmicos. Las ventanas de las casas convencionales se instalan sobre hormigón y conducen temperatura. En las viviendas Passivhaus se instalan sobre el aislante térmico”, cuenta el arquitecto.

Lo interesante, complementa Urzúa, es que las casas construidas con este estándar son adaptables en cualquier lugar del planeta. “Se puede construir una casa Passivhaus en Arica o en Punta Arenas, aunque hay que tener en cuenta el clima. Por ejemplo, en Arica, como es un lugar más cálido, habrá más demanda de refrigeración; por el contrario, en Punta Arenas habrá más demanda por calefacción. Entonces tú adaptas la vivienda según las condiciones del clima”, dice.

Esa es otra de las ventajas, según él, de los inmuebles Passivhaus: su versatilidad. “En el mundo hay templos budistas, gimnasios, piscinas, sedes de bancos y jardines infantiles con el estándar”, reseña Urzúa.

Otro punto relevante es el del reforzamiento de las ventanas. “Esto es fundamental para combatir la alta radiación solar que existe en Santiago. Las ventanas de alto rendimiento permiten que la temperatura al interior de la vivienda sea entre 21 y 23 grados. Esa es una temperatura de confort”, comenta Urzúa.

El último principio es el de la hermeticidad. Esto implica que no hay necesidad de abrir las ventanas para que ingrese aire fresco y salga aire viciado. “Esto ayuda a prevenir problemas de humedad. Porque si la vivienda se ventila todo el día, si es hermética y no hay puentes térmicos no se genera humedad ni moho”, se explaya Urzúa, quien adelanta que todo el edificio de Eloísa, no solo las viviendas, cumple con el estándar, desde los ascensores hasta los subterráneos.

Además, el inmueble contempla las cuatro fachadas: norte, sur, oriente y poniente. «A diferencia de los departamentos convencionales, la orientación no es un problema, porque cualquiera que sea ésta, siempre habrá un ambiente confortable», asegura el jefe de producto de Urbes.

La conjunción de todos los principios permite, según Urzúa, que las edificaciones Passivhaus contribuyan a la calidad de vida de sus clientes. “El sistema mecánico de ventilación tiene un filtro que evita el ingreso de polen y material particulado, sobre todo en una ciudad tan contaminada como Santiago. Mejora tu calidad de vida, tus condiciones de salud, la calidad del sueño. Además el estándar ofrece una excelente aislación acústica que posibilita la eliminación de ruido exterior”, prosigue el arquitecto de Urbes.

Y  ejemplifica: “En una ciudad de Alemania construyeron un jardín infantil con estándar Passivhaus. Y como genera un ambiente ideal en términos de salud y de potenciar las habilidades cognitivas, es el único que tiene lista de espera. Todos quieren entrar ahí”.

Urzúa desmitifica ciertas aprensiones que existen en el gremio inmobiliario respecto de este tipo de proyectos: “Se piensa que en las casas Passivhaus no se pueden abrir las ventanas. Eso es mentira. También se cree que este sistema es muy caro. La verdad es que la sobreinversión es en torno a un 5 y un 10 por ciento, pero se recupera rápido, porque no necesitarás gastar en sistemas de calefacción o refrigeración”.

La filosofía de Urbes

Nacida en 2013, la empresa Urbes apostó por el primer edificio en Chile y en Latinoamérica con estándar Passivhaus. El proyecto original tuvo que ser modificado a partir del viaje del gerente general de la inmobiliaria, Rodrigo González, a Munich, donde participó de la 22° Conferencia de Passivhaus. “Allí recién nos convencimos de querer aplicar el estándar a este proyecto. Si bien sabíamos que implicaba un retraso en las obras, sentíamos que era lo correcto apostar por un edificio que fuera amigable con el medioambiente y tuviera eficiencia energética”, cuenta González.

En estos momentos, Urbes se encuentra en un proceso de capacitación a los obreros de la construcción para aplicar los exigentes requisitos que tendrá Eloísa. Y agrega: “La falta de disponibilidad de materia prima implica un sobrecosto, pero al final la inversión se recupera”.

La certificación Passivhaus, a juicio de González, es “súper medible, como buen alemán: mides y cumples”. En cambio, dice él, hay otras certificaciones que son más “etéreas”.

“La calidad del aire y las ventajas de salud son impagables”, dice González, para quien esta iniciativa, aparte de pionera, es revolucionaria. “El termopanel demoró 20 años en convertirse en tendencia. Creo que el Passivhaus irá más allá: puede ser una proyección comercial de muchas inmobiliarias”, cierra el gerente general de Urbes.

Fuente: www.paiscircular.cl


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